letargo

Tu corteza cerebral esparce los síntomas de tu recién instalado letargo. Haz perdido el sosiego.
te aprietas la corbata, vas al espejo, te miras, parpadeas, piensas que todo es un maldito sueño, pero no es así; de pronto la voz del verdugo te acosa, el eco resuena en tus oídos: "si no te casas con mi hija, eres hombre muerto", te cercioras de que no estas soñando, te mantienes ahí inerme, sabes que ya no estarás entre las cuatro paredes de tu cuarto, que considerabas un mundo, solo eras tu en la intimidad de tus libros, y los apuntes, pensamientos de los filósofos que solías pegar en las paredes.
Debe ser aproximadamente las tres de la madrugada, el sueño no se ha dignado a visitarte, finalmente el sueño se evapora. La idea persiste, miras a todas partes tratando de encontrar una salida,
Piensas en tu futura criatura, respiras, y en ese pedacito de paz que crece en el vientre de tu futura mujer, te brinda sosiego.